domingo, 17 de agosto de 2008

La xana amiga

He estado en Asturias este puente y me he encontrado una xana. Si no sabéis lo que es leer el texto siguiente y podréis conocer algo de mitología astur.

Por cierto, he comido fabadaaaaaaaaaaa.


La xana es uno de los personajes más conocidos de la mitología leonesa y asturiana. Es una pequeña diosa de gran belleza que habita en zonas de aguas puras y cristalinas (agua viva).

Es un mito arraigado en León y Asturias, como prueba el gran número de topónimos que llevan por nombre Les Xanes (plural de xana en leonés, asturiano o astur-leonés).

Según se dice, son mujeres de extraordinaria belleza, con una larga cabellera rubia que se entretienen en peinar junto al agua, que muchas veces usan como espejo.

Otra tarea en las que es habitual encontrarlas es en la colada. Mientras esperan a que la ropa lavada se seque, se dedican a cantar y bailar. También pueden estar hilando (filando), y todos sus instrumentos, desde las tijeras (les tixeres) hasta el huso (fusu) o la rueca son de oro, así como los ovillos con los que trabajan. Tienden los cadexos a la luz de la luna para que el primer rayo de sol los convierta en oro.

En ocasiones las xanas cambian los bebés de alguna madre por uno de sus xaninos, para que éste reciba el bautismo y sea amamantado por su madre adoptiva.

Bajo el nombre generico de la "xana" se agrupan varios tipos de hadas muy difundidos en los diversos folklores europeos. Además del hada secuestradora está el hada encantada, que se muestra junto a una fuente o en algún otro lugar especial, el primer día del verano, esperando que un valiente la desencante mediante alguna prueba o ritual de iniciación. Este mito, muy corriente por toda Europa Occidental, tiene en Asturias dos variantes principales: "El Bollo de Cuatro Picos" y "La Mujer Serpiente". Ambos transcurren en la madrugada de San Juan, cuando la xana (a veces bajo otro nombre como "encantada", "mora" o simplemente "moza", "señora") se aparece junto a la fuente.

En "El Bollo de Cuatro Picos" la xana le entrega un pan de cuatro picos al protagonista masculino, ordenandole que lo conserve intacto durante un año, al cabo del cual, la xana quedará desencantada y él ganará el inmenso tesoro que ella custodia. Pero durante ese tiempo la esposa del hombre encuentra el pan y se come uno de los picos, que comienza a sangrar. La mujer procura disimular el desaguisado y el hombre, cuando llega de nuevo San Juan, acude a la cita sin sospechar nada. Arroja el pan a la fuente o cueva y espera que la xana aparezca. El pan se transforma en un caballo, que serviría para sacar a la xana de su encantamiento, pero el animal ha quedado cojo de una pata y el encantamiento resulta frustrado. La xana entonces reprocha al hombre que tenga una esposa tan indiscreta y comilona. "Perdiste de desencantarme y de hacerte rico. No obstante, llevale a tu mujer este pañuelo de recuerdo". El hombre regresa a casa y, deteniéndose a beber en una fuente, posa el pañuelo sobre un árbol...que al momento estalla en llamas.

En "La Mujer Serpiente" el argumento es mucho más sencillo: de nuevo hay que desencantar a la xana, pero el procedimiento es diferente. La xana advierte al protagonista que deberá probar su valor. Ella se convertirá en una serpiente monstruosa y él deberá dejar que ella se le enrosque alrededor del cuerpo, para darle un beso en la boca (otras veces, tendrá que arrancarle un clavel que el monstruo sostiene en las fauces). En algunas variantes del cuento, el protagonista triunfa, desencanta a la xana y se lleva su tesoro. Otras veces, el temor le vence y la xana le castiga arrojándole su peine, dejándole cojo y condenandolo, a veces, a morir antes de que transcurra un año.

Fuente: Wikipedia.

viernes, 1 de agosto de 2008

Por fin...

Por fin vuelvo a tener internet.

¡Estoy harto! Estoy hasta las pelotas de las compañías de internet.

He estado 2 semanas sin conexión gracias a un router roto.

Ahora he conectado los dos equipos a internet y entre ellos. Esto funciona por el momento.


Pero estoy harto.

domingo, 13 de julio de 2008

El abuelo esquizofrénico y el teléfono móvil

Cuento corto.

Desde mucho tiempo atrás vivía en la calle. Escuchando su radio. Al principio abandonó a su familia, completamente seguro de que le querían algún daño, cuando le dijeron que debía ir a un psiquiatra.

Después dejó el trabajo y se puso a vivir en la calle, sin beber. Más tarde comenzó a beber y a hablar solo.

A veces estaba un poco mejor, sobre todo, cuando oía la radio y pensamientos fugaces de cordura invadían su mente, pero era casi siempre al atardecer y un poco de vino de tetra-brick ayudaba a eliminar las angustias.

Finalmente, dejó de comprar pilas y ese leve contacto con la realidad desapareció. Seguía oyendo la radio, las voces de la radio, pero sin pilas.

Cuando ya no sabía ni su propia edad, enfermó y, la suerte le sonrió por primera vez en toda su mierda de vida, le llevaron a un hospital.

Sorprendentemente fue identificado y la administración que nada logra en estos casos consiguió contactar con su familia.

Viejos mecanismos emocionales afloraron.
- "No lo reconoce pero este caballero es su hijo". El orgullo al ver al hombre que decían era su hijo le invadió.
- "Es esquizofrénico, pero si toma sus medicinas podrá hacer vida normal, sólo hay que preocuparse con mucho interés de que no abandone el tratamiento". Hacer vida normal, sin buscar comida en cubos de basura, sin pasar frío por las noches, comprando pilas a la vieja radio...

En ese momento un soniquete molesto interrumpió la conversación. Aquel que le llamaba 'padre' cogió una radio más moderna que la suya y se puso a hablar con ella.
¡Y tenían los cojones de llamarle loco a él que sólo oía voces pero no les contestaba!

Todos estaban locos y el único que estaba cuerdo era él. Como otras veces salió corriendo y la sorpresa le dio ventaja, la desesperación fuerzas y la enfermedad alas.

Ahora sabe que se tiene que esconder pues casi todos están locos y hablan con esas nuevas y extrañas radios llenas de luces y botones, sabe que nunca tiene que coger una de esas radios, pues es lo que vuelve locos a la gente, sabe que hay un plan para perseguirle y volverlo loco con ayuda de las pastillas que recetan esos falsos médicos, sabe que...

lunes, 23 de junio de 2008

El talismán

Este escrito es un cuento corto de creación propia.

Siempre quise ver el desierto. Cuando estuve en él fue el momento de entender que no era el desierto lo más importante.

Me compre una brújula, pensaba que quizá la usaría. Nos llevaron en una excursión organizada al borde del desierto y como a domingueros nos trajeron de un lugar a otro para que hiciéramos las fotos de rigor. Aunque suene muy poco aventurero me lo pase en grande.

Al regresar paramos para descansar un poco y apareció un hombre con un camello. Me impresionaron sus ojos, límpidos pero siempre entrecerrados para luchar contra el viento y la arena que éste arroja sin descanso contra todo ser en estos lugares.

Quisimos fotografiarle, pero el guía nos advirtió que lo mejor sería pedir permiso y que un "regalito" ayudaría mucho. Hablando con él a través del guía que nos traducía le ofrecí la brújula, ya que estaba seguro de no necesitarla, y le explique para que servía.

El hombre me dio las gracias pero rechazó el presente. Me dijo que el nunca se perdía en el desierto porque tenía un talismán que guiaba su camino siempre y sin error. Amablemente me explicó que estaba fabricado con el recuerdo de sus ancestros, durante muchas generaciones se iban recopilando trozos de las vestiduras de estos en el día de su casamiento y con ellos en una pequeña caja era imposible perderse pues sus espíritus le ayudarían a encontrar el camino. Asimismo, me indicó que si el talismán perdía fuerza, sólo había que dejarlo a la luz de las estrellas para que volviera a tener su poder.

Me quede con ganas de meterme la brújula en el c...

!Qué bueno sería tener a tus ancestros ayudándote cuando yerras el sendero y tienes que volver a buscarlo con la luz de las estrellas guiándote¡

El desierto no era lo importante, lo importante era la gente del desierto.

lunes, 21 de abril de 2008

Las desgracias ajenas

Cuando alguien cuenta una desgracia (aunque sea pequeña) en un grupo de oyentes siempre encuentras dos tipos de personas de las que estoy harto (hasta los putos cojones de Dios, coño).

La primera interrumpe al 'quejante' para indicar que tiene más motivos de sufrimiento que él. Las dos actitudes que desarrolla son: "Eso no es nada, mira lo que me pasa a mí", o "no te quejes tanto que a mí me pasa algo peor".
En ambos casos, esta persona, interrumpe al 'quejante' por lo que no puede saber cual es la queja.
Así pues es fácil deducir que lo que desea es quejarse sin que lo parezca y ser el centro de atención.

La segunda es la que, una vez terminada la conversación, se dedica a desacreditar totalmente al 'quejante'.
Unas veces se trata del "se lo tiene merecido" y otras del "a pesar de todo está mejor que nosotros". En ambos casos lo que hay detrás es algún sentimiento negativo hacia el 'quejante' o un deseo de quejarse más y ser el centro de atención.

Estoy harto de los que no pueden dejar que alguien reclame un poco de ayuda (suele ser para lo que sirve quejarse) y en vez de dársela tengan que quitarle el foco de atención por egoismo o para aprovecharse de la situación.

Estoy harto.

sábado, 12 de abril de 2008

Esta es la entrada posterior a la última

He vuelto. Ahora no habrá manera de hacerme callar (esto último me suele pasar).

Había pensado en alguna reflexión profunda e interesante y, afortunadamente para vosotros, la realidad me ha disuadido planteándome un tema.

Iba tan tranquilo en el metro que llega hasta Arganda del Rey (a 22 Km. de Madrid) y un grupo de chavalas (nunca acierto con la edad de la gente, pero seguro que eran muy, muy jóvenes) comentaba a grito pelado la noche de ayer (viernes).

Perdido en mis cavilaciones oigo: "Pues le hice una mamada a Víctor y no es como lo contaba esta. A mí no me dio ningún asco". Espero que ninguno de los que leéis esta página seáis Víctor ya que todo el tren de Arganda se ha enterado y creo que los del siguiente convoy también.

Los abuelos que estaban sentados a mi izquierda se han quedado pálidos. Los hombres del vagón han enderezado las orejas cómo si fueran gatos oyendo una presa. Las mujeres del vagón han puesto dos tipos de caras, unas de complicidad y otras de rechazo a las "guarrillas". Las chavalillas del grupo se han quedado de color rojo intenso.


A mi me ha entrado la risa floja con lo que todo el mundo al final se ha quedado mirándome.

No me importa.

Me he reído un rato.

Por cierto ¿como será el tal Víctor?

jueves, 3 de abril de 2008

Esta es la última entrada

No habrá más entradas.

Finalizo dando las gracias a quién ha aportado su opinión en estos meses y a todos los visitantes.

Hay una cita bastante buena para irse.

"Nunca adiós, sino hasta otra".

Ángel.

PD: Si alguién quiere continuar con la ciudad de Imrryr que se ponga en contacto conmigo. Recordad que: "Imrryr es la ciudad de ensueño, donde hombres y otros seres todavía creen poder ser libres e incluso lo intentan".